Recuerdos.

Recuerdo días que pasaba hablando contigo, recuerdo miles de risas y carcajadas. Recuerdo echarte de menos esos tres meses que no quisiste saber nada de mí. Recuerdo cuando volviste a hablarme, la primera vez que oi tu voz, la primera vez que miré con fijeza el suelo del aeropuerto porque me daba miedo verte. Recuerdo el pánico al olerte por primera vez y la tranquilidad de que me agradara. Aún pienso en esas primeras ocasiones, en un invierno extraño a todos los demás, contigo a mi lado ante quien fuera, los paseos bajo la lluvia y mis pies congelados día sí y día también. Tu forma de decir "bla bla bla" y cómo sonreía al pensar en ello.
Cuando me ibas a buscar a la 1 o a las 3 de la mañana, esperando con paciencia a que saliera cansada para acompañarme a casa, los días con fiebre en que me traías caldo y cuidabas de mí, las peleas en las que acabábamos a gritos, y cuando terminamos juntos llorando sabiendo lo que nos queríamos después de "Mi vida sin mí". Puedo pensar las veces que te obligué a ver películas que nunca hubieses mirado, cuando me dejaste sola con la bronca de "Mar Adentro", las veces en que somos incapaces de entendernos hablando el mismo idioma.
Tú no sabes qué es ser yo, yo ni imagino cómo puedes ser tú, siempre perfecto, tan seguro de ti mismo que dudo de lo que he dicho, maldita mi mala memoria y maldito tú que lo sabes. Maldito tú porque aún te recuerdo, porque sé quién fuiste, porque a veces das una chispa de la persona que conocí. Maldita yo por quedarme en el limbo, por no decidir, por ser incapaz de ir atrás o delante, continuar el libro o coger uno nuevo.
Pero no todo se ha quedado en el limbo, hay cosas que están cambiando... y no sé ni siquiera si te interesan porque pasan muy lejos de ti. Tal vez un día descubra que mi memoria se ha encargado de ti como de tantas otras cosas y no logre recordar porqué te quiero.