...muy redondita" cantaba Petete cuando yo era pequeña. Han pasado los años y las ruedas siguen siendo, en su gran mayoría, redondas, invariables en una cierta simplicidad que llevó millones de años descubrir en el planeta.
Sin embargo la vida, que empezaba siendo simple como una rueda termina pareciéndose más a una de esas extrañas y hermosas figuras que Escher tuvo la amabilidad de dibujar para nosotros, para que entendamos lo enrevesada, peculiar y única que resulta cada una.
En enero de este año me hubiese reido en la cara de cualquiera que me hubiese aventurado cómo iba a ser mi vida 8 meses después. "Imposible" o "¿estás mezclando medicamentos y alcohol?" podían haber sido mis respuestas. Pero, incluso cuando no queremos, la vida pasa y te atropella, estés listo para recibir los golpes o no, y te quedas con cara de bobo, lleno de cicatrices y pensando en aquello de "nunca digas, nunca jamás". Sonriendo y llorando, por lo que has ganado, por lo recuperado y por lo que has perdido, que tampoco es poco. Porque la única forma de que alguien querido te coja el teléfono es ocultar el número para que no sepa quién llama, porque sabes que lo has perdido para siempre y que la elección ha sido tuya aunque tendría que haber sido mutua, por pura lógica. Porque sabes que por mucho que quieras tenerlo a tu lado, como amigo, como antes, no es posible, porque hay alguien a quien le haría daño y eso sí que no lo quieres.
Últimamente veo "Sexo en NY" por la noche, el canal Cosmo me obsequia con un batiburrillo de todas las temporadas en el que puedo observar denominadores comunes, por muchos años que pasen, por muchos hombres que quiera, hay uno que se le metió a la protagonista un día en el corazón y jamás pudo sacarlo de allí. Y me hace gracia pensar que ahora intento convivir con mi querida y descuidada espina, sabiendo que por mucho que quisiera echarla siempre se va a quedar a vivir ahi, y que el resto de mis amores han sido personas a las que "simplemente" he querido de todo corazón.
Y me voy a dormir antes de que siga poseyéndome el espíritu de Isabel Gemio.
25 julio 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Desde que te conozco siempre me ha sorprendido esa forma de ser tuya, atesorando esos nudos como los llamaste una vez. No cambies.
Un Beso
Edu
_me topé de casualidad por tu blog, espero que no te importe que eche una ojeada :D
_todo puede suceder, desde lo obvio a lo imposible, e incluso de las que caemos una y otra vez... la vida da muchas vueltas, verdad?
_un beso
mmmmh... esa decisión, ese ganar, y perder para poder ganar, ese dolor por hacer daño... Es que podría haberlo escrito yo (peor escrito, pero en esencia igual
Así que no sabes cómo te entiendo, niña...
Publicar un comentario