Hace dos semanas fui de nuevo a la peluquería. Como aún recordaba la
experiencia de la última vez empecé a poner a parir mi pelo en cuanto
metí el pie en el lugar, de esa forma todas fueron muy amable mientras
asentían con la cabeza. Dos horas después y por decisión propia
intentaba hacer una coleta de unos cinco centímetros de longitud para
sacar a los perros de paseo. Ese día me hubiese gustado tener las
tijeras porque el gustazo de cortar tanto pelo no debe de ser moco de
pavo.
Mi brazo vuelve a ser operativo al 95%, de modo que la mierda en casa
vuelve a estar reducida a un porcentaje aceptable, sobretodo porque
cada poco tiempo se me está colando la unidad materna en casa con
cualquier excusa rara y sale con las cortinas a cuestas para un
proceso de corte/limpieza/planchado, o te encuentras sin ropa en el
cesto porque se encuentra en la lavadora del nido. Le pides que saque
a los perros de paseo y vuelves con los perros paseados, la fregona
pasada y el baño limpio. Y no es que me queje, pero creo que la pobre
tendría que aprovechar su tiempo en mejores cosas que limpiar mi
casita, que ya curra bastante.
Los bichos peludos, aka Coco y Eme, están felices con la llegada de
los suegros a pasar esta semana en la isla. Coco porque los quiere y
conoce desde cachorro, y Eme... bueno, a Eme le encanta parecer feliz
si Coco lo está, es una excusa estupenda para saltarle encima durante
un montón de rato sin que el otro se queje.
16 octubre 2006
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5 comentarios:
Por lo menos los bichos son felices, que seguro que eso da buen karma o algo.
ea, a mejorar el brazo y enhorabuena de tener ayuda desinteresada
cuidado, sobre todo, con Coco
Creo que Eme es como yo, le encanta parecer feliz, lo mejor una acaba por creérselo!
.
¡SALVALOS!
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