17 septiembre 2006

Acento

Yo llegué a las Canarias hace 20 añitos, cuando aún no había dado geografía y no tenía ni idea de dónde quedaban aquellas islas. Por aquel entonces fue un cambio bastante brusco, acostumbrada a las "comodidades" de Madrid. Siempre he sido una mujer fiel a la hora de comer y de repente me encontré sin pan Bimbo, sin pistolas, sin leche que no fuera Danone, con mantequillas de nombres impronunciables y supermercados muy muy cutres. Con el tiempo todo ha cambiado y ya no tenemos que comprar el pan de anís en los quioscos, ahora hay panaderías(yo diría que una en cada esquina, como las peluquerías), Alcampos, Carrefoures, Leroys Merlins, Corte Inglés y demás grandes superficies. No, el IKEA llegó antes de 1986, en eso había ventaja.
Una de las cosas sorprendentes al llegar es que había gente a la que no entendía, unos cuantos por el acento indescriptible del que hacían gala y otros muchos por las expresiones que usaban. Yo no terminaba de captar el lado peyorativo cuando me llamaban "maga", no comprendía qué eran los millos y mucho menos las cotufas. Pescar fulas, freir chuchangas y pintar machanguitos eran auténticos desconocidos en mi universo. Con los años una se acostumbra a comprar chupetes en vez de chupa chups, a coger la guagua en vez del autobús o el autocar, a comer papas fritas, dejar de lado el sacapuntas y pasarse al afilador y pasar de las playeras a los tenis. Cuando en su momento mis primos empezaron con el "mola mazo" servidora casi se atraganta de risa al oirlo y por supuesto jamás lo ha utilizado.
Muchas veces, en verano, cuando volvíamos a la península, las dudas circulaban por mi cerebelo: "¿cómo demonios le digo a alguien que me pase el agua porque estoy enyugada en peninsular?", "¿cuál es la estúpida marca que representa al maíz tostado?", "¿por qué me preguntan que cómo me siento volviendo a España? Si hace 5 años que no me voy fuera...". Por supuesto lo peor para mí era que la gente quería oirme hablar con el dulce asento canario. Hubiese sido divertido emular el acento barriobajero de alguno de los peores barrios de la capital, pero es difícil imitar bien el acento canario(no conozco a nadie que lo consiga) y una perdía cualquier atisbo cuando sus oídos percibían a algún habitante del centro peninsular a 50 metros a la redonda. Vamos, yo he tenido muchísimo acento, pero me duraba poco. Hace unos 5 años lo perdí casi por completo, algún ramalazo hace presencia de vez en cuando pero muy poquito. Mi acento ha sido motivo de grandes disgustos por parte de gente que no me había escuchado hablar pero sabía de dónde venía, y es que mis jotas, eses, cés, haches, etc. vienen más del barrio de la Arganzuela en Madrid que del Toscal en Santa Cruz.
De todas formas de mi herencia canaria siempre me quedaré con ese grato recuerdo de una noche en Sevilla cuando un chaval intentaba tirarme los trastos adivinando mi nombre. Sin una pista de la ascendencia guanche del mismo dada por mi forma de hablar, el pobrecito se pasó quince minutos nombrándome como Rocío, Carmen, Lola, Ana, Raquel y demás antes de que se apiadaran de él y le aconsejaran dejarlo por imposible. Y eso que mi nombre es muy Fácil, llegan a llamarme Chaxiraxi, Cathaysa, Delioma o Ilduara y me habría puesto un segundo nombre para facilitar mi vida en el territorio del norte.

6 comentarios:

_yh dijo...

_me hace gracia el post porque me recuerda cuando estuve con mi ex que tb es de Tenerife, y cuando tenía que irme para allá, me parecía otro idioma, entre que hablan a carrerilla y con tanto "chacho" "ños" y expresiones varias... yo siempre me quedaba pescando XD

Fernando* dijo...

jejeje porqué muchas chicas os inventaís nombres cuando saleis...

como maño tambien me pasa. Yo considero que tengo muy poco acento, pero en cuanto salgo fuera de Zaragoza, enseguida descubren de donde soy...
como me gustaría mudarme a Canarias...

Achab dijo...

Bueno, tu nombre es fácil... o casi.

Aristóteles dijo...

De tanto moverte de un sitio a otro, no tienes nada de acento. Eres ciudadana del mundo...

Anónimo dijo...

Yo ya no sé qué acento tengo. Y lo debo de tener duro. Cinco años en Graná, ocho en Sheviya, cinco en Ubrique. En dos palabras impre-cionante.

Wardog dijo...

Hombre, eso del acento tiene su aquél. Yo soy extremeño y siempre me han preguntado si soy de Murcia. Por el acento. O tengo el acentao cambiado o la peña el oído jodido.