Y en su momento lo fuiste: con parásitos en el intestino y los oídos, con diarréa, flaco como una raspa y los ojos tan malos que ni sabíamos de qué color eran. Con una esperanza de vida de sólo unas semanas, asustado de todos y de todo, pasabas el día detrás de la lavadora y no comías.
Siempre había querido tener un gato y ese primera impresión me decepcionó: oliendo a mierda, feo, orejudo y llorando sin parar. Pero ¿cómo te iba a devolver? No me gustabas, no eras lo que yo quería de un gatito, pero alguien te había tratado muy mal, si no te quedabas conmigo morirías. Si te quedabas existía la remota posibilidad de que no.
Ya han pasado 7 años de aquel día, y no me imagino la vida sin ti. Tú eres el protagonista de "El patito feo", de pato horrible a cisne hermoso. De gatito sin futuro a rey de mi corazón y de mi casa. Te quiero por cómo eres, por tu dulzura, por tu forma de hablarme, por tu forma de expresarte y hacerme comprender lo que quieres o necesitas en cada momento. Te quiero porque nunca me has hecho daño, porque me das besos por las noches y me lanzas amor con la mirada. Y porque con el tiempo se vio por fuera lo que eres por dentro.
En fin, que sabes que por enfadada que esté con el mundo se me pasa al mirarte, que eres el mimado de la familia y que esperamos que sigas muchísmos años con nosotros. Te quiero Caos.
10 agosto 2005
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2 comentarios:
Muy tarde para comentar... pero qué gato más bonito.
Dicen que los gatos son los protectores de la mente de sus dueños, así como los perros cuidan de la persona física de su dueño, los gatos lo hacen del espíritu de sus dueñas.
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